Desigualdad de acceso a la tierra en la región andina
En América Latina la concentración de tierra es un gran problema. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas paea la Alimentación y la Agricultura), la región de América Latina y el Caribe presenta la distribución de tierras más desigual de todo el planeta: el coeficiente de Gini aplicado a la distribución de la tierra para la región alcanza 0,79, superando ampliamente a Europa (0,57), África (0,56) y Asia (0,55) (FAO 2017).
Dada la concentración en pocas manos, muchas personas no pueden producir para su subsistencia o para participar en los mercados, lo cual constituye un problema vital.
La tierra en manos de pequeños propietarios ha sufrido una disminución importante, situación que afecta especialmente a las mujeres, que sólo poseen el 8 % de las tierras en Guatemala y el 31 % en Perú, tierras que suelen ser de menor tamaño y calidad de las que poseen los hombres.
La FAO estima que el 23 % de las tierras de América Latina son manejadas o están en manos de pueblos indígenas. El reconocimiento de sus derechos ha mejorado en los últimos veinte años, especialmente en el caso de los bosques de la región, pero aún se deben dar importantes pasos para mejorar su tenencia de la tierra.
Según la FAO, fruto de una expansión importante de inversiones en la región a través de pools de siembra, arriendos anuales de grandes extensiones o compras de terrenos, hoy la concentración de la tierra alcanza un nivel aún más alto que el que existía antes de las reformas agrarias que se llevaron a cabo en varios países de la región.
Según la FAO, mejorar la gobernanza de la tenencia de la tierra, los bosques y la pesca y enfrentar la creciente concentración de tierras es un aspecto fundamental para reducir la pobreza rural y cuidar los recursos naturales.