Introducción al tema
El tema de la desigualdad social constituye una suerte de elemento fundacional de las Ciencias Sociales modernas que ha inspirado obras clásicas de la sociología y la economía. Destacan autores como Adam Smith, Karl Marx y David Ricardo desde la economía; y Max Weber y Talcott Parsons desde la sociología.
Por un lado, la economía se ha centrado en el estudio de la relación entre desigualdad y crecimiento económico: en cómo el crecimiento produce desigualdad, cómo puede reducirla y, aunque se planteó esta pregunta más tarde, cómo las desigualdades inhiben el crecimiento económico. Por otro lado, la sociología clásica se ha acercado al tema de desigualdad desde la constitución de diferentes y desiguales grupos sociales: la estratificación. Se estudió los factores que condicionan la estratificación social, es decir el surgimiento de diferentes grupos (“estratos”) dentro de una sociedad que se caracterizan por elementos específicos y distintivos (ocupación, riqueza, status, poder etc.). En otras disciplinas, como la ciencia política o la antropología, también se han tratado temas de desigualdad, aunque de forma menos predominante. En resumen, podemos decir que el estudio de las desigualdades sociales se ha llevado a cabo por diferentes disciplinas, con diferentes enfoques y conceptos que coexisten hasta hoy. En la actualidad encontramos frecuentemente también abordajes interdisciplinarios en el estudio de las desigualdades.
Estos abordajes disciplinarios e interdisciplinarios comparten la convicción que la importancia del estudio de la desigualdad recae en el hecho que ésta tiene efectos nocivos obre individuos, grupos, sociedades y el mundo. Entre ellos figuran: la pobreza persistente, barreras a la innovación económica, conflictos y criminalidad, gobiernos autoritarios y destrucción de la naturaleza, entre otros. Entender las desigualdades, sus causas y consecuencias, es imprescindible para lograr sociedades mejores.
Esta tarea es particularmente importante para América Latina que es considerada una de las regiones más desiguales del mundo. A nivel mundial, solo la región de África subsahariana tiene niveles superiores de desigualdad que América Latina, mientras los países de la OECD y de Asia son mucho menos desiguales. La desigualdad es una de las más grandes barreas para que la región alcance un desarrollo sostenible e inclusivo.