¿Desigualdades dónde?
La desigualdad social también tiene un carácter espacial. Las desigualdades no solo importan individual o colectivamente, sino que también pueden estar arraigadas en el espacio o territorio concreto donde las personas viven. Estas asimetrías espaciales se encuentran a nivel global, nacional o regional. Por ejemplo, tomando el nivel global, por el simple hecho de que una persona haya nacido en un país pobre, puede reducir su expectativa de vida por varios años (en Angola es de 60 años, en Alemania 80 años (2018)). También varían derechos de ciudadanía y posibilidades de moverse por el mundo. Respecto a lo segundo, existen varios índices de pasaportes que miden la libertad de viaje de los ciudadanos de un país en función a los reglamentos de entrada de otros países. Se cuentan los países que pueden viajar sin visado. A veces hay grandes diferencias: Alemania ocupa el tercer lugar con 189 países, mientras que Brasil y Argentina (los mejores de América Latina) están en el 19º lugar y Paraguay en el lugar 39.
A nivel nacional pueden existir enormes desigualdades territoriales, es decir asimetrías entre las diferentes unidades subnacionales de un país. En un solo país, territorios con una fuerte capacidad de desarrollo humano existen junto a territorios incapaces de prestar los servicios más básicos a sus ciudadanos. La expresión más visible de este fenómeno es la diferencia entre una metrópolis o capital relativamente rica y las zonas más pobres del interior, o más generalmente entre las zonas urbanas y rurales en una misma política o forma de gobierno. Las implicancias metodológicas de esta perspectiva multi-escalar son grandes: La selección de una escala específica de análisis puede tener efectos en los resultados que se obtienen en las investigaciones sobre desigualdad (Rodrigues-Silveira 2013).