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2.1 El estudio de las élites económicas en América Latina

En América Latina el concepto de élites ha sido sujeto de múltiples discusiones, y en ocasiones asimilado con otros conceptos como oligarquías (Fernández 1999), grupos de poder (Segovia, 2005) o bloque hegemónico (Paniagua Serrano & Henríquez, 2002). Para una revisión de los términos empleados véase Neves Costa (2014). Pero, aunque no hubo consenso sobre su conceptualización, sí existe sobre el determinante papel que juegan las élites económicas en la reproducción de problemas sociales y económicos de la región. En los últimos años, se usa principalmente el término élites por encima de oligarquías, bloque hegemónico, o clase dominante.

Posiciones de las élites

En la primera conceptualización, las élites son los miembros del consejo de administración y dueños de las mayores empresas. Esta definición operativa de élites económicas se basa en que las élites se definen por su posición. Las investigaciones que han seguido esta definición se han enfocado especialmente en mostrar cómo directivos y propietarios de las grandes corporaciones han influido modelos de desarrollo, cooptado medios de comunicación y cómo se han organizado a través de asociaciones empresariales y redes (Cárdenas, 2016a).

El poder de las élites

Una segunda noción considera las élites económicas en tanto el poder que tienen en la toma e influencia de decisiones políticas (Delamaza, 2013). Las élites económicas lo son, no solamente por ocupar los puestos más importantes en la estructura económica el país, sino la influencia constante y sustancial sobre decisiones que afectan al conjunto de la sociedad. Es, en suma, la traducción de poder económico en poder político. Las investigaciones centradas en esta noción han evidenciado situaciones de captura del Estado e influencia en la regulación (Durand, 2019).

Los recursos de las élites

Una tercera conceptualización que han aportado los debates en América Latina, aunque un poco más más compleja de operacionalizar, incluye tanto su posición como su influencia en la política, y en ocasiones además su control sobre los recursos (Bull 2014). Las élites son los individuos cuyo control sobre recursos naturales, económicos, políticos, coercitivos, sociales, organizacionales y simbólicos les otorgan una posición de privilegio para ejercer de manera formal o informal influencia sobre organizaciones y prácticas institucionales. Una de las particularidades de esta noción es reconocer que, en lugares como América Latina, la porosidad de las fronteras entre las élites políticas y económicas es en ocasiones difusa tanto por el salto de empresarios a la política, como del salto de políticos al sector privado. Asimismo, la definición reconoce una característica estructural de las sociedades latinoamericanas: la fortaleza de las élites sobre la debilidad de las instituciones democráticas.