El fenómeno de las puertas giratorias –el movimiento de los empresarios a la política y de los expolíticos a las grandes empresas privadas– ha sido utilizado histórica y actualmente por las élites para fortalecer las relaciones empresa-Estado. El paso de ser ejecutivos a políticos implica una transferencia de experiencia y conexiones sociales del sector empresarial a los organismos públicos de legislación, regulación y gestión, en muchos casos con el objetivo de beneficiar a las empresas más cercanas al gobierno (Cárdenas & Robles-Rivera, 2020). La llegada de grandes empresarios a la alta política es percibida como la transferencia de eficiencia empresarial al gobierno, pero también como fuente de conflictos de interés, clientelismo y corrupción (Juste, 2017). Otros estudios, en cambio, muestran como las conexiones políticas de las empresas son perjudiciales para las empresas ya que reducen las inversiones externas y empeoran la calificación en el mercado de valores (Li, 2021). Sea como fuere, las puertas giratorias crean relaciones estables de acceso directo al Estado, información privilegiada e influencia.

Figura 7. Red de conexiones entre gobiernos, partidos políticos y empresas por puertas giratorias