5.1 Élites económicas y política fiscal en América Latina
A pesar de haber avanzado social y económicamente en las últimas décadas, América Latina mantiene un deuda histórica en torno a su desigualdad, persistente e histórica (Valdés, 2017). Esta desigualdad (ver curso sobre "desigualdades multidimensionales") se caracteriza por una alta concentración de ingresos y riqueza en los más ricos y, sobre todo, por el ineficaz papel que juega la política fiscal, en específico la política tributaria en la reducción de la desigualdad. La tributación es fundamental para ayudar a corregir las desigualdades económicas, pero también para entender los alcances y los límites de los Estados, así como sus ideologías (Atria, 2015).
Diferentes estudios muestran que América Latina sigue siendo una de las regiones más desiguales en el mundo. Los datos disponibles indican que el 1% mejor remunerado recibe alrededor del 20% del total de los ingresos, y hay pocos indicios de que ese porcentaje haya disminuido (Alvaredo et al., 2021). En 2015, el 1% más rico en Brasil captó un 28,3% del total de los ingresos, y el 10% mejor remunerado recibió más de la mitad de ese total, un 55,6% (Morgan, 2017). En Chile, los datos sobre el período transcurrido entre 2005 y 2010 muestran que el 1% con los mejores salarios recibió alrededor del 30,5% del total de ingresos, y un 10,1% de ese total quedó en manos del 0,01% más rico (López et al., 2013). Por último, el Banco Mundial estima que, en promedio, el 10% más rico de la región recibe una tercera parte de los ingresos nacionales (véase tabla 2).